Síntomas al dejar de fumar.

Dejar de fumar debe ser tomado como una guerra con miles de batallas, los frentes son numerosos, diferentes y de duración variable.

Partiendo de los datos de mi propia experiencia os diré que lo peor son las dos primeras semanas y dentro de ese periodo los 3 primeros días. Ahí sufres el " mono " con mayor intensidad, pero disminuye cada día un poquitín, lo justo para que puedas atisbar que la meta se acerca.

Un tema que en internet no he visto buena documentación es respecto a los SÍNTOMAS AL DEJAR DE FUMAR , que pueden camuflarse con los propios del síndrome de abstinencia. Os cuento para que sepáis a que os enfrentáis.

Alrededor del 40 % de los fumadores se plantean dejar de fumar, pero son pocos los que toman la decisión y afrontan el problema. La tasa de éxitos aumentan si contamos con apoyo profesional y la toma de medicación o sustitutos del tabaco, siendo mayores con la suma de medicación y apoyo con psicoterapia. Las personas que deciden abandonar los cigarrillos sin ningún tipo de apoyo ( que es mi caso ) ven mermadas las tasas de abandono al cabo de un año, quiero decir con estas palabras que es "difícil ", no nos engañemos, pero no imposible ni tan dificultoso.

La recaídas son muy frecuentes antes de finalizar el primer mes, algo menos del segundo al tercer mes, disminuyendo del cuarto al sexto. El sexto mes marca una frontera muy importante, ya seremos Ex-fumadores para el sistema sanitario y las tasas de recaídas sufren una bajada drástica a partir de esa fecha. Las recaídas desde ahí al primer año son muy pocas, una muy buena noticia.

De los datos anteriores surgen dudas: ¿ Por qué hay recaídas a partir del  tercer mes si apenas hay síndrome de abstinencia?

Aquí tenéis la clave para superar ese periodo de máximo peligro que se alimenta por la relajación por nuestra parte y por los síntomas al dejar de fumar.

Una vez superados los tres meses, pensamos que hemos ganado la guerra, que dominamos al cigarrillo y comenzamos a bajar la guardia, en una cena o un día de copas se nos puede ocurrir la feliz idea de fumar un cigarrillo porque ya lo dominamos, craso error, los receptores de la nicotina están dormidos en nuestro cerebro, y puede bastar una simple calada para comenzar de nuevo esta terrible relación de amistad.

Aquí se debe considerar algo obvio que algunos no lo aplican bien. Imagina que llevas meses sin fumar y un día no resistes o te apetece, y fumas un cigarrillo, no dejes llevarte por el pánico ni pienses que todo está perdido, es un error muy frecuente, sólo es un incidente y no significa que vuelves a fumar, pasarán un par de día algo más difíciles porque has medio despertado a los receptores de la nicotina, pero nunca, nunca pienses que vuelves a ser fumador, no pienses que todo está perdido y que has vuelto a fumar.

Y finalmente desde el tercer al sexto mes es frecuentes las recaídas por los síntomas asociados a dejar de fumar:

Aumento de peso.

Mucosidad excesiva.

Tos, estornudos.

Síntomas catarrales.

Estreñimiento.

Mareos, fatiga.


Muchos piensan que no pueden permitir ese aumento de peso, vivimos en una sociedad obsesionada con la juventud, la belleza y los estereotipos, algo por otra parte, que no es inculcado por medio de los medios de comunicación por los sectores que viven del aspecto físico.
En mi caso a sido muy desagradable los síntomas catarrales, llegando a usar hasta 4 ó 5 paquetes de clinex al día por la mucosidad tan bestial, igualmente los ataques de estornudos que he llegado a contabilizar de hasta 20 estornudos, y verdaderamente es molesto, pero si lo comparo con lo desagradable de un día de fumador no parece tanto.

La explicación es sencilla: No son síntomas por dejar de fumar, son secuelas pasajeras por haber fumado, que no es lo mismo. Podremos pensar " vuelvo a fumar porque me siento peor que cuando fumaba ", es cierto, te sentirás peor unos meses mal porque está tu organismo trabajando eliminando toda la "basura",  y poniendo en orden todas aquellas funciones que durante años has estado minando de manera sistemática.

Tu sistema respiratorio tiene cilios, que son pequeños pelillos o vellosidades que atrapan y dificultan el paso a elementos indeseados cuando respiramos y ayudan en su eliminación, ahora al dejar de fumar despiertan del letargo de años de fumador, y por eso sentirás picores, cosquilleos, estornudos y mocos. No será preferible pensar lo beneficioso que está siendo para tu cuerpo la ausencia de nicotina y humo cancerígeno, y como afrontan tus células, tejidos y órganos la limpieza y restauración.

Como siempre, te recuerdo que cuentas con el Sistema Nacional de Salud, tu médico está para ayudarte y guiarte, todos buscamos lo mismo: TU SALUD Y BIENESTAR.

Un saludo. Jesús Moreno.






Comentarios

Entradas populares