Dejar de Fumar. El último cigarrillo

Puedes elegir entre disminuir el número de cigarrillos diarios hasta una fecha marcada o como decidí yo, a las bravas.

Debes saber que tu médico está para ayudar y colaborar en la tarea del abandono del tabaco y contamos con medicamentos y sustitutos del cigarrillo: parches, chicles, etc..., puedes comentar con tu facultativo para que te oriente en la mejor elección, si ves que no puedes dejar el vicio de la manera radical e instantánea tal y como yo elegí.

Después de padecer de un trastorno de angustia durante un año como consecuencia de una grave enfermedad que me dejó cojo de las dos piernas por 2 años y sintiéndome totalmente recuperado de la afección física y casi al 100% de la psíquica, pensé que ya era el momento de decir adiós a mi fiel amigo desde los 15 años. Piensa que durante mi enfermedad fumaba sin límite, y durante mis ataques de ansiedad en ningún momento pensé en abandonar los cigarrillos, imagínate que nivel de enganche tenía yo. De igual manera, llegado el invierno, se sucedían los catarros y resfriados que en ningún modo disminuían el número de cigarrillos diarios. Era inmutable y como mínimo 20 eran imprescindible para acabar el día.

Desde hace años me planteaba dejar de fumar y creo que lo habré intentado uno 5 ó 6 veces, la vez que duré más tiempo sin una calada fue casi 2 meses y utilizando medicación. Todos los intentos acabaron en fracaso, pienso desde la distancia que la única explicación es debida a que realmente no quería dejar de fumar. Y podréis plantear ¿ que hecho diferencia aquellas tentativas con la actual ?, mi respuesta: AHORA SE QUE ES DEFINITIVO.
Imagina que quieres explicar a alguien que nunca a estado enamorado que se siente, y verás lo difícil que es, pero el día que se enamore lo sabrá al instante, pues igual me siento yo ahora, se que es definitivo, no se por qué ni por qué razón, simplemente así lo siento.

Supongo que las veces que intenté anteriormente dejar los cigarrillos no estaba convencido y en lo más profundo de mi mente sabía que sólo estaba aguantando un tiempo, y era parte de un engaño.
Cuando no estás plenamente convencido es muy fácil caer en los primeros días ya que la abstinencia juega muy malas pasadas en esos momentos. Pasados los meses supongo que la frontera la marcan los recuerdos y la lucha es mínima pero se debe estar atento porque la psique también te la puede jugar, debes estar entrenado, y yo tengo las armas para afrontar esos momentos.

Volviendo a mi primer día, me fumé el último cigarrillo a las 11.15 minutos del día 15 de Septiembre de 2014, una fecha bien grabada y fácil de recordar, ya que utilicé una aplicación de smartphone que te marca el tiempo, dinero ahorrado y como vas recuperando la salud, existen numerosas y son muy recomendables.

Agarré todos los cigarrillos que había hecho la noche anterior e intenté encender todos a la vez, fotografía que podéis ver en el post anterior, di una calada profunda, y a pesar que sólo unos pocos habían prendido, noté un fuerte golpe de pecho al entrar tanta cantidad de humo en mis pulmones, aguanté unos segundos y solté todo el contenido de una profunda y larga espiración.
Así dije adiós a mis pequeños amigos nicotínicos . Ese día pasó rápido y sólo en algunos momentos puntuales me apetecía coger un cigarrillo, los típicos, después de comer, con el café y después de cenar.
Aquella noche limpié con mayor ímpetu mis dientes, realicé un cepillado regalándome un tiempo extra, quería eliminar cualquier resto de tabaco en mi boca. Ya en la cama, pensé que ojalá pudiera seguir al día siguiente sin fumar, y en cierto modo ya estaba comenzando a echar de menos a mis fieles amigos envueltos en fino papel. Así acabó mi primer día sin fumar.
Seguirá.
Un saludo. Jesús Moreno.





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